Las plantas necesitan nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio para crecer bien y producir buenas cosechas. Si estos nutrientes son demasiado bajos, los cultivos pueden sufrir y dar rendimientos pobres; pero usar demasiado fertilizante también genera problemas.
El fertilizante es costoso, y aplicarlo de forma incorrecta supone malgastar dinero y dañar el medio ambiente: el exceso de agua puede arrastrar los nutrientes no utilizados hacia las capas profundas del suelo, fuera del alcance de las plantas. Este proceso, conocido como lixiviación de nitratos, también puede contaminar ríos y aguas subterráneas.
Los métodos tradicionales de análisis de suelos, aunque precisos, suelen ser caros y poco prácticos para muchos agricultores.
Sensores de humedad del suelo: una herramienta con doble función
Aunque los sensores de humedad se utilizan principalmente para medir la cantidad de agua en el suelo, también ayudan a evitar la pérdida de nutrientes, sobre todo si se colocan correctamente.
Al instalar sensores de humedad a diferentes profundidades de la zona radicular, los agricultores pueden seguir no solo cuánta agua hay en el suelo, sino también hacia dónde se mueve.
Por ejemplo, cuando un sensor situado en la parte baja de la zona radicular indica que el suelo está húmedo, el agricultor sabe que el agua —y posiblemente los nutrientes— están empezando a drenar más allá de la zona de raíces.
Con esta información, se pueden ajustar los riegos a tiempo antes de que los nutrientes se pierdan fuera del alcance de las plantas, manteniendo agua y nutrientes en la zona radicular, donde son más efectivos.
Buenas prácticas para el riego y el uso de sensores
- Colocar bien los sensores: instala uno en el límite inferior de la zona radicular para detectar el exceso de riego. Para un control adicional, añade otro por debajo de la zona radicular.
- Monitorizar datos en tiempo real: revisa con regularidad las lecturas para ajustar el riego según las necesidades.
- Evitar el riego por debajo de la zona radicular: adapta el calendario de riego para mantener agua y nutrientes en la zona de raíces, al alcance de las plantas.

Resultados reales
Los agricultores que usan sensores de humedad informan de mejoras significativas.
Un estudio, por ejemplo, mostró que una mala gestión del riego por goteo es una de las principales causas de pérdida de fertilizantes en el cultivo de tomate en invernadero en Almería, España.
El fertilizante es uno de los mayores gastos de la agricultura, tanto a nivel económico como medioambiental. Los sensores de humedad del suelo son una forma sencilla de ayudar a los agricultores a mantener el agua y los nutrientes en el lugar adecuado.
Una práctica de agricultura inteligente
La agricultura de precisión combina tecnología y campo para ayudar a los agricultores a hacer más con menos.
Aunque los sensores de humedad no miden nutrientes de forma directa, su capacidad para seguir el movimiento del agua y detectar el exceso de riego los convierte en una herramienta eficaz para reducir el desperdicio de fertilizantes.
Colocar sensores en los lugares adecuados puede marcar la diferencia: es una forma asequible y sencilla de ahorrar dinero, obtener cultivos más sanos y proteger el medio ambiente reduciendo residuos y contaminación.